Se viene la 1° edición de la Feria del libro Nacional & Popular
Se realizará el sábado 17 y domingo 18 de febrero de 2024 en la Casa Cultural Pepa Noia (Brasil 444, San Telmo). La feria es organizada por la Fundación CICCUS, con auspicio del programa de Apoyo a ferias de libros del Ministerio de Cultura de la Nación y el Departamento de Cultura de la CTAA, con entrada libre y gratuita.
La Feria del libro Nacional & Popular es una actividad literaria para promover la historia nacional popular nuestramericana y la cultura democrática. Durante el fin de semana, habrá mesa de libros con novedades editoriales, charlas debate, actividades artísticas y más.
Reivindicar la democracia
Los libros, a lo largo de la historia, contribuyeron a consolidar el poder dominante desde la legitimación del saber y la verdad, como también, a desafiar y desobedecer la injusticia. Aunque la quema de bibliotecas es una antigua técnica de conquista, su práctica se mantuvo hasta el siglo XX. El partido nazi alemán la llamó “ritual purificador”, y el 10 de mayo de 1933 quemó alrededor de 25 mil libros en una hoguera pública en Berlín, acción que luego se extendió a más ciudades.
En nuestro país, los gobiernos de facto también prohibieron ciertas lecturas y expresiones culturales que pudieran ser consideradas peligrosas para su desdibujada y siniestra forma de moralidad. La quema de libros fue un eslabón clave en la cadena represiva sistemática. Se trató de un mensaje intimidatorio dirigido a la comunidad mediante la exposición pública de la hoguera.
En la Argentina de 1976 hubo dos quemas de libros importantes en Córdoba. La primera fue el 2 de abril en la escuela secundaria comercial “Manuel Belgrano”, donde una requisa en la biblioteca llevó a la quema de libros de José Martí y Karl Marx, entre otros autores, junto al secuestro y desaparición de 12 estudiantes, expulsiones y docentes cesanteados. Días después, el 29 de abril, nuevamente en Córdoba, la dictadura volvió a quemar libros considerados subversivos, que iban desde Saint-Exupery, Perón, García Márquez, Galeano, Cortázar, Sartre y Freud, entre otros. Y en septiembre de ese año, la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba recibió la orden de retirar de la Biblioteca las obras pertenecientes a Hegel, Feuerbach, Marx, Engels, Stalin, Lenin, Mao-Tse-Tung, Che Guevara, Marcuse, Althusser, Paulo Freire, y cualquier otra obra que pertenezca «al mismo corte ideológico».
Quema de libros en el Comando del III Cuerpo de Ejército, 29 de abril de 1976.
La quema de libros se volvió una práctica recurrente. Se procedía a seleccionar, censurar, secuestrar y quemar públicamente. Así fue que en 1980 se produjo la mayor destrucción: la quema de un millón y medio de libros y revistas editados por el CEAL (Centro de Estudios de América Latina), 60 veces más grande que la quema nazi del 33′.
Una celebración nacional, popular y democrática
Boris Spivacow, editor del CEAL y creador de los libros incinerados por la dictadura en 1980, que tenía como premisa «más libros para más», entendía que la literatura es una necesidad básica, y en Nuestramérica leer desde una mirada propia es indispensablemente necesario. En la Argentina, el peronismo es la expresión de ese movimiento continental, un espacio construido por libros y por alpargatas.
Estar con los alpargatas era adherir a la justicia social. Estar con la literatura, era anclarse a los valores de la alta cultura de la oligarquía. Esta fue una manera de leer al nuevo movimiento en términos de civilización o barbarie. Alpargatas sí, libros no fue la frase que sintetizó esa grieta, en el contexto de un conflicto gremial estudiantil. Sin embargo, el peronismo incentivó fuertemente la literatura. Tanto Perón como Evita escribieron libros e incentivaron este derecho, desde la identidad común y la integración de los pueblos.
Promover la lectura es promover la democracia
Mientras las guerras se libran en múltiples formas (militares, económicas y simbólicas), la cultura de la palabra es el campo para construir comunidad, conciencia y una cultura de hermandades, como lo señala el Consejo Editorial de CICCUS:
Corren tiempos en los que se manipulan las palabras para el desencuentro, la división, la xenofobia. Se las usa como excavadoras para ensanchar y profundizar grietas; como señuelos consumistas que enmudecen el daño a nuestra casa común. Palabrerío irresponsable de pícara impostura, enfermando el entendimiento común de los sentidos, martillando informaciones falsas. Naturalizar la posverdad no es otra cosa que la celebración de la mentira. Si la verdad nos hará libres, el engaño premeditado persigue esclavizarnos, colonizarnos.