Descripción
Abriendo la primera puerta, sentimos poemas de desgarro y exilio.
“El mundo es un desgarro”
¡Locos del Dinero!
¡Locos de Dios!
¡Locos de Poder!
¡Locos del Ombligo!…
Estiran, estiran, estiran… bailarinas, payasos
madres, árboles, ríos, valles,
descuartizados por locos estiramientos”.
Por la segunda puerta entramos a poemas de duelo, poemas hundidos durante cinco lustros
en algún lago del alma.
“Queréis saber? / Si pese a todo / el alma permanece / flotando en otros tiempos. / Si paso a paso / las cenizas encuentran / en su morada los ancestros”.
Tras la tercera puerta hallarán poemas que desperté para una sesión de poeterapia. Siempre creí en el efecto curativo de la poesía.
“Asma o poesía crónica? Una me ahoga, la otra me respira”.
El final no feliz hecho con muros en prosa, queda poca poesía, mejor no desperdiciarla.
