Descripción
Por debajo de la relación -por momentos de complementariedad, por momentos de competencia y crítica- entre la iglesia y las demás esferas de poder, es posible identificar una red ya menos visible de superposiciones, alianzas y trayectorias cruzadas, en donde la religión y la política se retroalimentan. Los evangélicos actualizan, en la Argentina, una tendencia general presente en numerosos países de América, Asia y África que consiste en llevar su mensaje religioso hacia todas las esferas de la vida social, pero especialmente, hacia los espacios de influencia y de poder, es decir, hacia el gobierno, la política, la educación, los medios de comunicación, la academia y los circuitos empresariales, entre otros ámbitos. Lo hacen de la mano de la formación religiosa, el trabajo social o comunitario y la construcción de nuevos discursos sobre la necesidad de un cambio social.
Joaquín Algranti realiza un abordaje sociológico sobre las formas de organización de las mega-iglesias. Su estudio está centrado en tres claves: el trabajo religioso sobre las formas de la violencia y el sufrimiento social, la construcción colectiva de un diagnóstico sobre la situación del país y el posicionamiento de los “líderes cristianos” como agentes de transformación de la sociedad
El libro constituye un análisis del modo en que las iglesias se proyectan más allá de la religión.