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Qué pensaba Kusch, el filósofo que el Papa recomienda leer

Fragmento de la entrevista exclusiva al Papa Francisco
Por Bernarda Llorente para TELAM (Julio 2022)

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“Usar la crisis para el propio provecho es salir mal de la crisis y, sobre todo, es salir solo”, señaló el Papa en diálogo con Llorente. / Foto: ©️ Vatican Media.

Ignorado por la academia y marginado en su tiempo por no aceptar las ideas que se intentaban imponer desde Europa, Günter Rodolfo Kusch (1922-1979) fue un filósofo, antropólogo y dramaturgo argentino que dedicó su vida a investigar y a difundir los valores del pensamiento popular e indígena americano.

La esencia de su línea de pensamiento radica en el hecho que, si se estudia con categorías alejadas de la propia realidad, se produce una dominación cultural que impide la necesaria emancipación de los pueblos.

Para combatir esa lógica, Kusch se instaló en la puna argentina con su esposa y dos «armas» fundamentales: un grabador y una cámara de fotos. Con estas herramientas se dedicó a escuchar al pueblo, dejando registro del riquísimo bagaje cultural que podía expresar desde la dueña de una farmacia, hasta un tejedor o un anónimo arriero. Es que para Kusch no se podía hacer filosofía sin ubicarla en un determinado entorno.

Rodolfo Kusch, el filósofo argentino que es preciso leer, como recomendó el Papa Francisco. / Foto: Gentileza Instituto Rodolfo Kusch. (TELAM)
Para el Papa, Kusch entendió como pocos el verdadero significado del concepto «pueblo». / Foto: Gentileza Instituto Rodolfo Kusch. (TELAM)

¿Quién es Rodolfo Kusch, el filósofo que recomienda el Papa Francisco?
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Por Hernán Brienza para TELAM (01/07/2022)

Asimismo, marcó una diferencia fundamental entre el «ser» y el «estar», aclarando que la experiencia del ser se refiere a la Europa del siglo XVI; mientras que la del estar, a las culturas precolombinas. Kusch planteó que alejarse de la naturaleza era una forma de destruirla. 

Desde su mirada, la filosofía americana sólo podía surgir a partir de un sujeto cultural americano. En virtud de este razonamiento, pensaba que en América no se podía tener una filosofía genuina, ya que la misma había nacido en otro ámbito cultural. 

Por eso, planteaba que era fundamental avanzar hacia esa cultura americana que se expresaba en el pueblo, para de esta manera poder plasmar una filosofía auténtica. 

«Parto de la tesis de que la pregunta por el pensamiento popular encubre la posibilidad de un pensar propio», solía explicar «el filósofo que captó lo que es un pueblo», tal como lo definió el Papa Francisco.

Entre sus libros se destacan «América Profunda», «El pensamiento indígena y popular en América», «Geocultura del hombre americano» y «Esbozo de una antropología filosófica americana». Asimismo, cultivó la dramaturgia con obras como «La muerte del Chacho» y «Cafetín».

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El encuentro del Papa Francisco con la presidenta de Télam, Bernarda Llorente, se extendió durante una hora y media en el Vaticano. / Foto: ©️ Vatican Media.

– La Iglesia latinoamericana tiene una historia de cercanía al pueblo muy grande. Si tomamos las conferencias episcopales – la primera en Medellín, después Puebla, Santo Domingo y Aparecida – siempre fue en diálogo con el pueblo de Dios. Y eso ayudó mucho. Es una Iglesia popular, en el sentido real de la palabra. Es una Iglesia del pueblo de Dios, que se desnaturalizó cuando el pueblo no podía expresarse y terminó siendo una Iglesia de capataces de estancia, con los agentes pastorales que mandaban. El pueblo se fue expresando cada vez más en lo religioso y terminó siendo protagonista de su historia.

Hay un filósofo argentino, Rodolfo Kusch, que es el que mejor captó lo que es un pueblo. Como sé que me van a escuchar, recomiendo la lectura de Kusch. Es uno de los grandes cerebros argentinos Tiene libros sobre la filosofía del pueblo. En parte, esto es lo que vivió la iglesia latinoamericana, aunque tuvo conatos de ideologización, como el instrumento de análisis marxista de la realidad para la Teología de la Liberación. Fue una instrumentalización ideológica, un camino de liberación – digamos así – de la iglesia popular latinoamericana. Pero una cosa son los pueblos y otra son los populismos.

LAS ENSEÑANZAS DE LAS PERIFERIAS

– ¿Cómo sería la diferencia entre ambos?

– En Europa lo tengo que expresar continuamente. Acá tienen una experiencia de populismo muy triste. Hay un libro que salió ahora, «Síndrome 1933», que muestra cómo se fue gestando el populismo de Hitler. Entonces, me gusta decir: no confundamos populismo con popularismo. Popularismo es cuando el pueblo lleva adelante sus cosas, expresa lo suyo en diálogo y es soberano. El populismo es una ideología que aglutina al pueblo, que se mete a reagruparlo en una dirección. Y acá cuando les hablás de fascismo y nazismo entienden en ese aspecto lo que es un populismo. La Iglesia latinoamericana tiene aspectos de sujeción ideológica en algunos casos. Los ha habido y los seguirá habiendo porque eso es una limitación humana. Pero es una Iglesia que pudo y puede expresar cada vez mejor su piedad popular, por ejemplo, su religiosidad y su organización popular.

Cuando vos encontrás que a las patronales del Milagro de Salta te bajan los Misachicos (Nota de la redacción: Misachicos son pequeñas procesiones organizadas por familias o grupos portando la imagen de un santo, típicas del Noroeste Argentino) desde 3 mil metros, hay ahí una entidad religiosa que no es superstición, porque se sienten identificados con eso. La Iglesia latinoamericana ha crecido mucho en esto. Y también es una Iglesia que supo cultivar las periferias, porque la verdadera realidad se ve desde allí.

– ¿Por qué la verdadera transformación viene de la periferia?

-Me llamó la atención una conferencia que escuché de Amelia Podetti, una filósofa que ya falleció, en la que dijo: ?Europa vio el Universo cuando Magallanes llegó al Sur?. O sea, desde la periferia más grande, se entendió a sí misma. La periferia nos hace entender el centro. Podrán estar de acuerdo o no, pero si vos querés saber lo que siente un pueblo, andá a la periferia.

Las periferias existenciales, no sólo las sociales. Andá a los viejos jubilados, a los chicos, andá a los barrios, andá a las fábricas, a las universidades, andá donde se juega el día a día. Y ahí se muestra el pueblo. Los lugares donde el pueblo se puede expresar con mayor libertad. Para mí esto es clave. Una política desde el pueblo que no es populismo. Respetar los valores del pueblo, respetar el ritmo y la riqueza de un pueblo. 

– En los últimos años Latinoamérica comenzó a mostrar alternativas al neoliberalismo a partir de la construcción de proyectos populares e inclusivos. ¿Cómo ve a Latinoamérica como región?

– Latinoamérica todavía está en ese camino lento, de lucha, del sueño de San Martín y Bolívar por la unidad de la región. Siempre fue víctima, y será víctima hasta que no se termine de liberar, de imperialismos explotadores. Eso lo tienen todos los países. No quiero mencionarlos porque son tan obvios que todo el mundo los ve. El sueño de San Martín y Bolívar es una profecía, ese encuentro de todo el pueblo latinoamericano, más allá de la ideología, con la soberanía. Esto es lo que hay que trabajar para lograr la unidad latinoamericana. Donde cada pueblo se sienta a sí mismo con su identidad y, a la vez, necesitado de la identidad del otro. No es fácil.

– Usted señala un camino a partir de ciertos principios políticos.

– Ahí hay cuatro principios políticos que a mí me ayudan, no solo para esto sino incluso para resolver cosas de la Iglesia. Cuatro principios que son filosóficos, políticos o sociales, lo que quieras. Los voy a mencionar: «La realidad es superior a la idea», o sea, cuando te vas por los idealismos, perdiste; es la realidad, tocar la realidad. «El todo es superior a la parte», es decir, buscar siempre la unidad del todo. «La unidad es superior al conflicto», o sea, cuando privilegiás los conflictos, dañás la unidad. «El tiempo es superior al espacio», fijate que los imperialismos siempre buscan ocupar espacios y la grandeza de los pueblos es iniciar procesos.

Estos cuatro principios siempre me ayudaron para entender a un país, a una cultura o a la Iglesia. Son principios humanos, de integración. Y hay otros principios que son más ideológicos, de desintegración. Pero reflexionar sobre esos cuatro principios ayuda mucho.

«La verdadera realidad se ve desde la periferia»

1 comentario en “Qué pensaba Kusch, el filósofo que el Papa recomienda leer

  1. Excelente alocución del Papá…en el diálogo está la escencia del Comportamiento de ser humano…para con el Universo

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