Hoy, en el Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras, en un contexto de represión y hambre contra el pueblo, más que nunca se hace urgente que salgamos juntas en la lucha por nuestros derechos, por los ya adquiridos y por los que faltan.
Para que el ajuste y la violencia no lo paguen nuestros cuerpos, porque la libertad no es moneda de cambio, porque la soberanía no se negocia, por una verdadera justicia antipatriarcal, por políticas públicas y un Estado presente que atienda nuestros justos reclamos, acompañamos los ejes de lucha para la convocatoria de este año.
En esta nueva jornada histórica, coparemos las calles para decir ¡basta! a los odiadores seriales. La marea es y será siempre nuestra.