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ATE Cumple

Cumplir noventa y nueve años nos dice mucho: somos testigos y participes de la construcción sindical de nuestro país con todos los presidentes electos desde que se estableció la lista incompleta combinada con el secreto y la obligatoriedad del sufragio y el mecanismo plurinominal (Ley Sáenz Peña).

«Dejar constituida una organización que agrupe en su seno a todos los productores que dependen del gobierno nacional, por ser éste el único medio de defensa de nuestros intereses», dijo una tarde del 15 de enero de 1925, Juan Popovich en la asamblea fundacional y planteó así la prioridad política y social que guiaría al sindicato a lo largo de toda su historia.

Esa “defensa de nuestros intereses” y de la “producción del Estado” que, como sindicato planteamos para la Nación, 99 años después se ven afectados por una nueva política de desguace que impulsa un gobierno nacional, ahora conducido por Javier Milei.

En medio de esta larga historia, ATE ha conocido victorias y derrotas, porque de eso se trata la historia: padecimos la derrota con los golpes de Estado y la anulación de los derechos conquistados; conocimos la derrota en carne propia con la última dictadura militar con las y los 2.252  trabajadores públicos detenidos-desaparecidos y asesinados entre 1976 y 1983; y conocimos también la derrota con esa ATE que se dejó seducir por la dictadura, pero que como la leyenda del ave fénix, lo transformamos en victoria con la recuperación del sindicato en los albores de la democracia restituida.

Porque para ganar hay que saber transitar los tiempos amargos es que después pudimos conformar un ATE pujante, que conquista nuevos derechos paras las y los trabajadores con los Convenios Colectivos de Trabajo, con el avance territorial que nos lleva hoy a estar presentes en más de 1.300 municipios de todo el país donde luchamos por mejorar las condiciones de empleo y vida de trabajadoras y trabajadores municipales, provinciales y nacionales.

Porque es esta ATE la que está presente en la mayoría de las empresas estatales productivas y del conocimiento de todo país.   

Es esta ATE que comenzó con un puñado de trabajadoras y trabajadores, tal vez no más de 1.000, que volcaron sus sueños por la concreción de un Estado grande y pujante y que hoy mantiene vivo ese sueño en más de 350.000 afiliadas y afiliados dispersos por todos los rincones del país y que va por el medio millón con una construcción profundamente federal.

Estamos a un paso de los 100 años, que no es un simple número que se recuerda al pasar. Son 99 años de lucha, de grandeza y de un inconmensurable orgullo de sentirnos trabajadoras y trabajadores estatales, que mantienen viva la llama de un Estado fuerte y presente como soñaron nuestros fundadores.

Libros publicados por CICCUS y ATE

ATE Biblioteca Nacional
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Hasta luego Luis Rodríguez

Abogado, escritor e intuitivo compositor de música popular. Seguidor de las ideas de Arturo Jauretche y Scalabrini Ortiz, fue uno de los fundadores del partido de la Izquierda Nacional junto a Abelardo Ramos, y uno de mis guias en mi despertar militante en 1971.

Una vez distanciado de Ramos, como quien escribe, y haber compartido foros multipartidarios de resistencia contra la última dictadura, y tras haberme alineado en la misma corriente de pensamiento en los coherentes pasos ideopolíticos de Jorge Enea Spilimbergo, dejamos de compartir espacios políticos comunes, pero nunca la amistad, mantenida en francos diálogos de debate.

Rodríguez, en 1982 se ofreció como voluntario en la guerra de Malvinas. En 2006 fue declarado como vecino participativo y solidario por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Cofundador del Estudio Jurídico Levalle, primer buffet en tomar medidas de no innovar en los juicios sobre los créditos indexados de la nefasta Circular 1050 de Martínez de Hoz, ex Ministro de Economía dictatorial. Creador y director de “FM Ecológica”, primera radio en tener una programación dedicada a la preservación del medio ambiente. Exdirector del Museo Nacional Ferroviario “Raúl Scalabrini Ortiz” y de la Biblioteca Nacional y Archivo Personal del preclaro patriota. Fue director del semanario “Acción Nacional” y colaborador periodístico en distintos medios de comunicación. De su obra publicada se destacan: «Vida política del federal José Hernández» (1971), «La crisis de los partidos políticos. Propuestas para superar un sistema agotado» (2000), la novela «Bajo el burlón mirar de las estrellas. Locura, pasión y muerte en la década de los ‘90» (2006), «Poemas, Cuentos y Cuentitos» y «Argentina en su laberinto» (2019).

Por compromisos militantes en Salta no pude asistir a su velatorio. Fuerte abrazo a sus hijos Mercedes y Juan Martín.

Daniel Parcero

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Un nuevo Orden Mundial

Por Jorge Rachid

Jorge Rachid

Cuando se habla de Multipolarismo es porque se están acabando los hegemonismos excluyentes, dominantes, guerreristas, invasores, para llegar a un tiempo de la Humanidad en donde las relaciones internacionales se basen en el respeto mutuo, con líneas comerciales que compensen asimetría, sin injerencismos internos extorsivos, respetando las soberanías en terceros países, y fundamentalmente un mundo en Paz. Así lo plantea el Papa Francisco.

Hoy estamos lejos de ese escenario, en un mundo convulso por un Hegemonismo Unipolar que en retroceso, en especial en Latinoamérica, no acepta perder su rol de gendarme internacional, sometiendo y sancionando países, de acuerdo a sus propios intereses estratégicos. Es más aún, despliega sus proyectos de protección de reservas naturales de otros países como propias, en su estrategia de dominación, en especial en la región que considera, desde la Doctrina Monroe y el Destino Manifiesto desde sus inicios, como espacios geopolíticos propios.

Si a éste panorama agregamos el efecto invernadero y el cambio climático, se vuelve dramático observar como la Humanidad se encamina a su propia auto eliminación, por proponer un desarrollo infinito, en un planeta finito, donde la ampliación de la frontera sojera es más importante que las vidas humanas, el suelo la Pacha, la Madre Tierra, la fauna y la flora, al ser rociadas con tóxicos que sólo protegen “sus semillas” transgénicas. Invaden sus radiaciones y componentes químicamente agresivos, las napas subterráneas afectando millones de personas, desertizan los campos, produciendo para la comida de los chanchos y mientras millones de familias sufren hambre, sumado a la destrucción de los bosques nativos.

Es absolutamente injusto que en el siglo XXI, los seres humanos estemos destruyendo lo que no se consiguió en miles de años de historia, aún con guerras mundiales, genocidios, hambrunas, pestes, desastres naturales. Lo que hoy lo está produciendo el Hombre en su hábitat, su propia Casa Común, es un suicidio, como plantea Francisco, ese Papa argentino, atacado por plantear rescatar lo esencial humano solidario, por sobre los bienes materiales.

El genocidio sobre el Pueblo Palestino, un bombardeo israelí sobre un Ghetto como el de Varsovia en Polonia, con 2,4 millones de personas que no tienen siquiera documento de identidad, parias de la Humanidad bloqueados por un Estado Terrorista, que simplemente es mirado por Occidente, como un “efecto no deseado”. Lo mismo que planteaban los jerarcas nazis, que se trataba sólo de una técnica lo menos traumática posible en el Holocausto y eliminaron 6 millones de personas judías, gitanas, negras y de otras etnias, religiones o culturas. Simplemente eliminar “al otro” diferente, como sucede hoy en Gaza.

Es que el mundo Multipolar avanza, más allá de las resistencias de EEUU y sus aliados que intentan una contraofensiva destructiva, como bombardear los gasoductos Nord Stream l y ll de Rusia a Alemania, colocando a los pueblos europeos en una posición cautiva en lo energético y dependiente del GNL vendido por EEUU. Impedir esa alianza comercial, fue el objetivo de la destrucción de la calidad de vida de Europa, con calefacción acorde a su mejor vivir. Además de obligar a esos países a seguir la estrategia armamentista en Ucrania e intentar evita runa posible paz negociada con Rusia.

Jorge Rachid

Sin embargo alientan las guerras ofensivas sobre Eurasia, al promover una OTAN tan agresiva, como vendedora de armas a países en conflicto. Ahí es inscriben las amenazas a China y Rusia como enemigos estratégicos, que puede llevar a la humanidad a una confrontación global nuclear, lo que significaría en fin de éste ciclo histórico del planeta.

Entonces estamos frente a un parto de la historia, en donde al decir de Gramsci: lo nuevo no acaba de nacer y lo viejo no termina de morir. Ese mundo que conocimos hace 80 años de la pos guerra mundial, que lo dividió y colonizó, ha dejado de existir como visión totalizadora de la historia. Así acabaron 500 años de historia americana de quien dijo “tierra” y millones de personas que dijeron “barco”, que a partir de entonces fueron “civilizadas” a sangre, fuego y explotación colonizadora, en un genocidio seguido de esclavitud.

Esa visión eurocéntrica del mundo también se terminó con el desplazamiento actual hacia el Oriente, países emergentes de las mayores fuerzas productivas, comerciales y científicas de los últimos 30 años, donde los países empezaron a ser protagonistas de la historia, porque estaban siendo condenados a ser testigos de la misma. Intolerable para la Alianza atlántica en su mirada hegemónica.

Pocos saben de las luchas de los pueblos del mundo en un proceso de descolonización, por la desinformación de Medios Hegemónicos, y que aún hoy, los pueblos de los países llamados “serios” mantienen con apropiación de tierras y recursos naturales, que no están dispuestas a ceder. Inglaterra tiene 13 colonias actualmente, entre ellas las Malvinas nuestras. España 2 en Marruecos, EEUU tiene Guantánamo en Cuba y 70 bases militares sólo en Latinoamérica. Los gobiernos títeres dejados el África están en guerras de Liberación uno a uno, aunque las amenazas económicas de Francia, Bélgica, Holanda junto a la Unión Europea garantizan todavía, el flujo de materias primas como diamantes, petróleo, coltan, litio, uranio y otras, a bajo precio y al costo de miles de vidas africanas perdidas en su explotación. Esas circunstancias suceden hoy y la prensa occidental las cataloga de golpistas o terroristas.

Palestina aún no pudo constituirse como país, pese a la Resolución de las UN de 1948, Argelia se independizó en los años 60, países africanos lo están haciendo ahora, como lo hizo Sudáfrica en los 80.

Lo que sucede en el mundo es poco informado, pocos conocen que significan hoy conceptos y siglas concurrentes a miles de millones de personas como la Organización de Cooperación de Shangai, el Banco Asiáticos de Infraestructura e Inversión, la Ruta de la Seda y la Ruta del Ártico, el BRICS con Rusia, India, Brasil China y Sudáfrica, que ahora suma 11 países, entre ellos el nuestro aunque el nuevo Presidente desistió de ello. Deja fuera del comercio internacional de Argentina a 6 mil millones de personas.

La pugna por el Mar de la China, las Islas Artificiales, la Estación Orbital Permanente China, además de la Internacional, la Ruta de la Seda por vía terrestre y marítima,, el Estrecho de Ormuz, el de Malaca, el Caúcaso septentrional en guerra entre Armenia y Ayerbían, con la desaparición de Nagorko. El nuevo gasoducto Noruego Polaco construido por EEUU para rodear Rusia; el Bloque China +77; el Bloque Rusia + África; los Acuerdos de Sarcamanda; la reunión OTAN en Noruega, declarando enemigos a China y Rusia; la nueva planta de GNL de Rusia, China y Francia en el Ártico, la más grande del mundo; el acuerdo fortalecido de la Liga Árabe con la reincorporación de Siria, son todas noticias ocultadas, como las pérdidas de influencia política, económica y militar de EEUU y sus aliados, en especial la Unión Europea que sufre las consecuencias del drenaje de recursos, a las aventuras guerreristas del atlantismo de la OTAN.

Se suman a éste apnorama las amenazas de la lV Flota de EEUU a Latinoamérica tratando de impedir las inversiones Chinas y Rusas, los acuerdos en comercial en sus propias monedas que han desplazado al dólar; las Resoluciones de la OPEP sobre producción de petróleo; los acuerdos Irán Turquía Rusia y Arabia Saudí con Irán, entre tantas otras cuestiones no informadas por Occidente.

Nadie sabe cómo funciona el Parlamento Chino, ni que cada 4 años comienzan a discutir un nuevo Plan Quinquenal, llevando el 16° consecutivo desde 1952, que les ha permitido la Planificación Estratégica de un modelo social y productivo que permitió incorporar a más 750 millones de personas a las capas media y reintegrar a Hong Kong, Macao y Shangai a la soberanía china sin derramar sangre entre hermanos, como pretende hacerlo ahora con Taiwan, pese a la oposición yanqui.

Poco se sabe sobre la ocupación de EEUU al norte de Siria, ni su apoyo a los kurdos y al ISIS, ni de la ocupación de las Alturas de Golan Siria por Israel, como así también del sur del Líbano y la totalidad de Palestina, tanto Cisjordania como Gaza. Los bombardeos sobre Yemen por Arabia Saudí y EEUU, cesaron después de 5 años, porque se formalizó la alianza con Irán de los árabes suidies por mediación de China, garantizando Ormuz y el tránsito del gas y petróleo mundial.

El comercio, las materias primas, los avances científicos, han llevado al mundo a una nueva posición no aceptada por el Imperio Hegemónico, que ha iniciado guerras y operaciones terroristas de “falsa bandera” para justificar acciones militares posteriores. Desde ISIS y su macabra aparición, como antes Bin Ladem, fueron creaciones de los servicios occidentales después descartadas, como son hoy operaciones encubiertas en Ucrania y las llamadas primaveras árabes.

Pero la política internacional Multipolar está venciendo las resistencias de los Fondos Buitres, el FMI, el BM, el Consejo de Seguridad de la UN, todos residuos del viejo orden que va cayendo por su propia dinámica, en un proceso de autoeliminación, producido por la financiarización de las economías mundiales, en donde los Pueblos son los convidados de piedra a la acumulación obscena de riquezas en pocas manos, gastos inmensos en armas y guerras.

Esto está produciendo hambre en el mundo, donde mueren 24 mil personas por día por esa causa, entre ellas 8 mil niños, todo promedio desde hace 10 años. Nunca se planteó una Pandemia del Hambre Mundial, porque sería poner en discusión el sistema económico perverso, brutal e inhumano en el cual vivimos hasta ahora.

Ese sistema que los procesos llamados “populistas” intentan modificar en favor de los pueblos, que por esa razón son combatidos por la ortodoxia FMI y Banco Mundial, de la mano de la presión militar de la lV Flota y la OTAN. La Argentina se encuentra en ésta encrucijada de ser parte de la Patria Grande o ser un peón de la Colonia y el nuevo presidente ha optado por ésta última, cumpliendo órdenes guionadas por el Departamento de Estado y la Fuerzas Especiales de EEUU. Este panorama debe ser modificada en paz y en democracia por la fuerza del pueblo argentino para escribir su propios destino, que más temprano que tarde encontrará la ruta de la Liberación nacional.

Jorge Rachid
Caba, 8 de enero de 2024

BIBLIOTECA
Norberto Galasso: Seamos Libres lo demás no importa nada San Martín Ed. Colihue
Juan D. Perón: América Latina ahora o nunca Ed. Instituto J.D.Perón
Raúl Scalabrini Ortiz: Bases para la reconstrucción Nacional Ed. Lancelot

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Librerías argentinas, precio único: cuatro malos efectos en cascada

Por Oche Califa para Tiempo Argentino

En la Argentina las librerías son algo más de 1.300 y constituyen el canal de venta predominante. Se dice que Buenos Aires es la capital con la mayor cantidad de ellas por habitante y posee una de las diez más bellas del mundo. Pero las hay en toda su extensa geografía, en la mayoría de los casos muy buenas.

Con ese número, se puede decir que constituyen un patrimonio cultural equiparable, cómo no, al Museo Nacional de Bellas Artes, por hacer una comparación.

Además de patrimonio, son agentes promotoras de la cultura y el libro, como bien las califica el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe, Cerlalc. Porque además de vender libros, orientan y asesoran a los lectores y promueven actividades de todo tipo. Es algo que distingue, sobre todo, a las que se califica como “independientes”, eufemismo para distinguirlas de las cadenas. Estas librerías son la mayoría, casi un 80% del total nacional, aunque pueden no serlo en su facturación.

Desde 2001 el país tiene una ley de precio único, llamada de Defensa de la Actividad Librera, inspirada en la francesa. También la poseen otras países y se redactaron para proteger a las librerías. ¿De quiénes?

Bien, primero hagamos este distingo. Toda librería posee clientes que son lectores y otros que son compradores. No es necesario aclarar quiénes son los primeros. Los segundos resultan aquellos eventuales adquirientes de un libro, impulsados por una novedad que no siempre proviene del mundo de la cultura, pero que se vende, en corto tiempo, mucho. Por ejemplo, libros editados por un éxito del fútbol, escritos por un influencer de la moda, la cocina o del mundo adolescente, por un/a político/a popular o en ascenso. A veces es un autor literario, religioso o de divulgación científica, aunque muy activo en las redes y presente en los medios.

Muchos libreros dicen que con los lectores sostienen todo o una parte de los gastos: alquiler, empleado/a, impuestos, servicios. Y que con esos éxitos y sus compradores hacen la diferencia.

Sin una ley de precio único, las plataformas físicas (supermercados, cadenas) u on-line podrán adquirir grandes volúmenes de las novedades de rápida venta y colocarlas a un precio más bajo que las librerías, posiblemente porque el editor se las venderá a mejor precio mayorista. Y a la larga, por lógico efecto, sacarán de la escena a las librerías.

Ya se puede sospechar lo que luego ocurrirá: una vez sin competidores, los precios volverán a subir. Eso, dicen, ocurrió con Amazon en Estados Unidos.

Hay un tercer mal efecto. Porque la desaparición de las librerías independientes será la pérdida del canal de venta para las editoriales pequeñas y medianas (pymes), sobre todo para aquellas que se sienten ignoradas o destratadas por las cadenas o que por el volumen de su producción y el tipo de lector al que se dirigen les viene mejor un puñado de librerías para mostrar su catálogo. En la Argentina, estas editoriales son unas 400.

Sin librerías ni editoriales de ese perfil, ocurrirá el cuarto mal efecto: la bibliodiversidad disminuirá. Ella no es menor en la Argentina, donde el 70%  de las novedades anuales corresponde a las pymes.

Así como dimos los ejemplos contrapuestos de Francia y de Estados Unidos, puede darse el de varios países latinoamericanos donde esta bibliodiversidad es menor, siendo la causa la doble concentración editorial y del canal de venta… y la ausencia del precio único. No hay más que averiguar.

Por supuesto, la enorme mayoría del sector del libro -autores, editores, distribuidores, libreros- está en contra de la derogación de la ley. Pero hay quienes creen que esto los beneficiará. Seguramente será así en algunos casos. A otros, en cambio, les ocurrirá como al zorro que fue a comerse al mono y terminó comido por el tigre.

* Oche Califa es escritor, ex director de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires

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¿Quiénes joden con la Argentina?

Por Javier Ortega para El Cohete a la Luna

“¿En qué momento se había jodido el Perú?”. Esta frase en “Conversación en La Catedral” de Mario Vargas Llosa plantea el desafío metafísico de imaginar un hito de bifurcación donde el Perú se apartó de ser lo que su porvenir de grandeza le mandaba que sea, pero no fue. La frase de la ficción literaria se ha usado en la Argentina, en espejo, para preguntarnos cuándo fue que nos corrimos de nuestro “destino manifiesto” de ser potencia, para derrapar hoy en el subdesarrollo y el atraso.

Hay un pensamiento hegemónico (que por serlo penetró en todas las clases sociales) que pretende que, porque la Argentina cuenta con una dotación de recursos primarios apetecidos por el mercado mundial, eso solo ya le garantiza a nuestra nación entrar al concierto de países desarrollados del mundo. Lo que se frustra por culpa de la torpeza de sus habitantes, una manga de vagos y corruptos, que solemos hacerlo todo populistamente mal. Andrés Kozel ha indagado en esa vertiente de pensamiento (amada por nuestras elites y sus obsecuentes de la clase media) y ha hecho importantes hallazgos. Entre ellos está que, si bien los apólogos del fracaso argentino como Lugones, Martínez Estrada, Irazusta y Villafañe eran conservadores, mostraban en algunos casos preocupación por la falta de industrialización del país, por la no protección de los intereses populares, por el avance del imperialismo anglo-estadounidense y por la ausencia de una postura nacionalista en nuestra dirigencia económica. Preocupación de la que hoy la Asociación Empresaria Argentina (AEA), la Unión Industrial Argentina (UIA) y la Sociedad Rural Argentina (SRA) carecen por completo.

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La densidad nacional y la ruptura del pacto constituyente

¿En qué momento se había jodido la Argentina? No hay un instante que se podría ubicar en Pavón, o en el golpe del ‘30, o en la Revolución Libertadora, o en el Proceso de Reorganización Nacional. Hay más bien un campo formado por las clases acomodadas del país, donde aquellos sucesos históricos y golpes de Estado fueron solo catalizaciones coyunturales de una idiosincrasia mediocre de los dueños del capital vernáculos. Como la leche en polvo, que conforma un continuo, pero donde cada tanto se le forman grumos. Grumos que son manifestaciones eventuales de la mala leche siempre presente en nuestra elite. Hoy estamos ante la formación de un nuevo grumo.

Aldo Ferrer creó el decidor concepto de “densidad nacional”, que es una característica de los países que explica su desarrollo exitoso. La densidad nacional de un país se constituye en cuatro factores. El primero es la “cohesión” de su comunidad, que significa que esta tiene líderes talentosos que impulsarán un proceso económico de crecimiento y acumulación que va a beneficiar a todas las clases sociales. Desigualmente tal vez, pero a todas, sin provocar marginalidad ni exclusión de ninguna. El segundo es la existencia de “liderazgos nacionales”, esto es, que los líderes de ese proceso de crecimiento económico inclusivo tengan consciencia de pertenencia a su comunidad nacional. El tercero es la “institucionalidad”, es decir, el requerimiento de que el proceso de crecimiento económico inclusivo impulsado por los líderes nacionales se cosifique en normas y cultura, de manera de conformar una base perdurable que resista vaivenes coyunturales. Y cuarto es el “pensamiento crítico”, que consiste en la virtud de esos líderes nacionales, impulsores del proceso de crecimiento económico inclusivo e institucionalizado, para tener la capacidad de identificar, de entre la miríada de distintas doctrinas, cuáles son aquellas verdaderamente útiles y aplicables para el bienestar de su comunidad. El historiador británico Arnold Toynbee, a esa dirigencia caracterizada por Ferrer como de alta densidad, la llamaría “minoría creativa”, ya que supera con éxito los desafíos (incitaciones) de su tiempo.

La doctrina del shock autoinducido del Presidente libertario Javier Milei se configura por iniciativas como el caputazo, el DNU 70/2023 y las leyes ómnibus, que implican la mismísima ruptura del pacto constituyente de nuestra nación. La Constitución nacional es un contrato fundacional al que se ha llegado, no por la idea de un iluminado en solitario, sino luego de guerras civiles y pujas partidarias que consiguieron institucionalizarse democráticamente. Por su estructura rígida, para modificar nuestra Constitución, se requerirá la previa declaración de necesidad de reforma por las dos terceras partes de nuestro Congreso. Luego, la elección popular de una convención constituyente que, una vez conformada, se abocará solo y únicamente a tal menester (art. 30, Constitución nacional). La construcción de todo ese edificio institucional, que costó dos centurias y sangre de miles de argentinos, hoy pretende ser derribado por el berrinche de un salvador providencial.

Nuestro pacto constitucional está contenido en un texto liberal, rejuvenecido con institutos del constitucionalismo social y convencional de derechos humanos reconocidos internacionalmente. Esa es la estructura institucional de nuestra nación, que ahora pretende ser borrada a golpe de decreto. Decreto que en su arrogante mesianismo trueca un régimen liberal (que impulsa un Estado fuerte para salvaguardar libertades ciudadanas) por una descomposición que retrograda a un “estado de naturaleza hobbeseano”. O, si se quiere, a un Leviatán privatizado.

Dice el Artículo 2 del DNU 70/2023: “El Estado nacional promoverá (…) un sistema económico basado en decisiones libres, adoptadas en un ámbito de libre concurrencia (…). Para cumplir ese fin, se dispondrá la más amplia desregulación del comercio, los servicios y la industria (…) y quedarán sin efecto todas las restricciones a la oferta de bienes y servicios, así como toda exigencia normativa que distorsione los precios de mercado, impida la libre iniciativa privada o evite la interacción espontánea de la oferta y de la demanda”.

La “promoción” de este nuevo Estado anarco-capitalista (valga el oxímoron), que se quiere investir a decretazo limpio, colisiona con la del “bienestar general” del Preámbulo de nuestro pacto constitucional. Habla de una “libre concurrencia”, una entelequia que solo existe en el imaginario de la escuela austríaca, donde no hay sociedad, sino apenas una suma de individuos que habitan en el mismo espacio de casualidad. Todos “robinsones crusoes” aislados, sin sujetos económicos que armen bandas para imponerles condiciones abusivas a los demás débiles. Sin un Ledesma que acapare en la Argentina el 70 % del mercado del azúcar, sin un Arcor con el 78 % de los enlatados, sin un Bimbo con el 80 % de los panificados, sin Coca y Pepsi con el 87 % de las bebidas. Sin transnacionales como ADM, Cargill, Dreyfus, Cofco y Bunge que manipulen el 90 % del comercio de cereales y oleaginosas mundial. Un rubro que representa la mitad de todas las exportaciones argentinas. Si Bunge termina de tragarse a Vicentin, él será el 15 % del total de todo lo que exporta nuestro país. Sin que el comercio mundial de productos farmacéuticos, electrónicos, informáticos y automotores se dé en un 70 % intra-firma (esto es, con la misma empresa a los dos lados del mostrador-frontera). Sin que la administradora de fondos BlackRock maneje sola un volumen de inversión que supera el PBI de cualquier país del mundo, con excepción de Estados Unidos y China. Ese es el mundo real que jamás podrán ver Murray Rothbard y Benegas Lynch (h), oráculos de nuestro libertario Presidente, ya que para ellos la empiria es imposible en la economía. Si los hechos contradicen la teoría, es la realidad la que se equivoca.

La promoción del “bienestar general” por parte del Estado, fin contenido en el Preámbulo, es casi la columna vertebral de nuestro pacto constitucional liberal. Un Estado presente en la consecución del bien común, que no es la suma de los bienes individuales. El bien común son las condiciones de vida en la comunidad, que les permiten a sus integrantes desarrollarse, con valores democráticos amparados por el Estado. A ese dictum liberal se suman en la Constitución los institutos de protección al trabajo, ingreso digno y seguridad social (art. 14 bis); al medio ambiente (art. 41); al consumidor (art. 42); a los pueblos originarios (art. 75, inc. 17), y a la progresividad de los derechos al desarrollo social, económico, educativo, científico, cultural establecidos como derechos humanos, en los tratados internacionales que la Constitución incorpora en el artículo 75, inciso 22. Junto con la justicia social (art. 75, inc. 19). Ese pacto constitucional, con las formas republicanas y división de poderes (arts. 1, 29, 30, 31, 75, 99), como bien señala el constitucionalista Andrés Gil Domínguez, queda violentado a punta del DNU 70/2023. Con este decretazo nulo de nulidad absoluta (art. 34 y 99, Constitución nacional), el “para qué” tenemos una Constitución nacional queda aniquilado. Y con esto, siguiendo al penalista Raúl Zaffaroni, se amenaza la paz de los argentinos. Paz lograda, que se malogró en cada quiebre del orden constitucional.

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¿Quiénes joden con la Argentina?

¿Quiénes joden con la Argentina? Esta es la pregunta que nos correspondería hacernos. El caputazo, el DNU 70/2023 y el proyecto de ley ómnibus nos dan una oportunidad para averiguarlo. Usando la herramienta teórica “densidad nacional” de Aldo Ferrer, la respuesta es que joden con la Argentina aquellos líderes que, procurándose los frutos de un modelo económico para sí a expensas de los demás, demuestran que la cohesión social no les interesa. Que con sus actos, como abrirse a la usura internacional o renunciar a tener una moneda propia, evidencian que no tienen consciencia de pertenencia a su nación. Que desprecian la institucionalidad labrada en dos siglos de disputas y acuerdos, como lo es la Constitución nacional. Y que carecen de pensamiento crítico para darse cuenta de que las ideas del panfleto libertario hoy aullado les podrán dar ventajas, sí. Pero los mayores beneficiarios de eso se encuentran fronteras fuera de nuestro país. Entre otras lindezas: ¿se imaginan al Ministerio de Agricultura de China actuando en estas pampas sin las restricciones de la Ley de Tierras? No son la minoría creativa que proyecta una Argentina industrial, avanzada tecnológicamente e integrada social y territorialmente. Toynbee los hubiera calificado apenas de “minoría dominante”.

La Asociación Empresaria, la Unión Industrial y la Sociedad Rural (que no sabemos bien por qué le agregan “Argentina” a sus nombres) han berreado apoyando el caputazo, el DNU 70/2023 y el proyecto de ley ómnibus con un do de pecho. Los apellidos de sus integrantes coinciden con los que en 1976 sustentaron una dictadura que hizo una carnicería para pisar la Constitución, exterminar la organización democrática, degradar la moneda nacional, des-industrializar al país, endeudarlo, privilegiar el capital extranjero. Y, como si esto fuera poco, hacerle la guerra a la alianza militar más poderosa de la historia universal. Con resultado previsible. Al presente, no hemos podido recuperarnos del daño causado. La Argentina no volvió a industrializarse y se convirtió en un país desigual con pobreza estructural.

Lo que es peor. Nos olvidamos de la figura del autor intelectual, del instigador, del partícipe necesario, del decomiso de los frutos mal habidos del delito. Así, hoy, los mismos de hace cuarenta años pueden volver a pujar para imponer este nuevo golpe a la Constitución y estado de sitio socio-económico. Si el experimento sale mal otra vez, los que joden con la Argentina culparán al ejecutor material diciendo que estaba loco.