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Un libro espejo en el cual mirarnos

FUENTE: Resumen Latinoamericano

Por José Aragón, Resumen Latinoamericano, 12 de febrero de 2024.

El reconocido intelectual y pensador nicaragüense Carlos Midence, acaba de publicar un nuevo libro titulado EL MODELO DE PENSAMIENTO AUTÓNOMO DE LOS PUEBLOS PREINVASIÓN (y su vigencia), obra en donde enfoca su magistral pluma y su agudeza crítica para desentrañar, cuestionar y poner en evidencia los mecanismos utilizados por los occidentales para implantar su modelo y su concepción egoísta del mundo.

Consumada la invasión del continente llamado americano por los europeos, estos iniciaron un proceso para implantar, a través de la violencia, las nuevas ideas, la religión, costumbres y el modelo de pensamiento occidental traído aquí por ellos. Al mismo tiempo que consolidaban su control político, militar y administrativo sobre el vasto territorio usurpado, los invasores concentraban también su saña en eliminar cualquier vestigio de las milenarias, originales y avanzadas sociedades que fueron capaces de levantar luminosas civilizaciones sobre este continente.

Los invasores negaron de forma sistemática el gran aporte cultural, científico, arquitectónico, religioso y organizacional de aquellos pueblos, mientras, por otro lado, expoliaban sus conocimientos, obras de arte y todo el sistema de pensamiento que las regía y que las llevó a dominar con exactitud los ciclos de la vida y los movimientos del universo.

Han pasado más de quinientos años y la lucha de resistencia continúa viva en el rescate, aprehensión y difusión de la magnífica herencia ancestral y del antiguo modelo de pensamiento de aquellos pueblos y de su acción colectiva al servicio de la humanidad.

En ese sentido, el reconocido intelectual y pensador nicaragüense Carlos Midence, acaba de publicar un nuevo libro titulado EL MODELO DE PENSAMIENTO AUTÓNOMO DE LOS PUEBLOS PREINVASIÓN (y su vigencia), obra en donde enfoca su magistral pluma y su agudeza crítica para desentrañar, cuestionar y poner en evidencia los mecanismos utilizados por los occidentales para implantar su modelo y su concepción egoísta del mundo. Midence demuestra con abundantes ejemplos, cómo aquella violencia inicial aplicada por los invasores va transformándose y asumiendo sutiles formas, diversas narrativas y múltiples dispositivos para volver más eficaz el adoctrinamiento y la colonización mental. El autor demuestra cómo los invasores occidentales respaldados por sus pensadores y teóricos han tejido con gran habilidad una narrativa en la que han tergiversado y quitado mérito al aporte de los otros pueblos, para, al final, terminar imponiendo una visión eurocéntrica en donde la historia y los impulsos civilizadores en el mundo siempre comienza con ellos.

También Midence aborda con gran lucidez y expone con minucioso detalle el enorme legado humanístico que los pueblos mexicas, mayas, incas y otros, dejaron al mundo y cuya sensibilidad contrasta radicalmente con el caos y la destrucción traídas a nuestro continente por los invasores europeos, que con su modelo colonial-expoliador-capitalista-deshumanizado ha terminado infligiendo un irreparable daño a la Naturaleza, a la convivencia humana y a la continuidad de la vida en todas sus formas.

El reconocido y prolífico pensador nicaragüense destaca en su obra la sensibilidad de aquellos antiguos pueblos que conformaron su modelo de pensamiento basados en la relación e interacción con el entorno y destacaban la conexión indisoluble de nuestro Ser interior con el Universo: el bosque, los animales, los ríos, los seres humanos y las estrellas estábamos hechos con la misma sustancia sagrada y, por lo tanto, estábamos obligados a coexistir en armonía y respeto. Para aquellos sabios pueblos, tiempo, espacio materia y pensamiento conformaban una misma realidad. Amaron al ave y a su trino, a la nube y al aguacero, al árbol con su sombra y con sus frutos, al jaguar y a su misterio y entendieron que el desarrollo y el bienestar del ser humano solamente puede ser posible a través de una obra colectiva y de un intercambio de amor con la Madre Tierra. Es en este punto donde Midence pone en valor y deja sentada de forma categórica la vigencia de aquel Modelo Integral de Pensamiento preinvasión y defiende su aplicación en los esfuerzos internacionales que hoy se enfocan en salvar a la humanidad del desastre ecológico que el mundo occidental y su avaricia han causado de forma irresponsable en el corazón de la Madre Naturaleza.

EL MODELO DE PENSAMIENTO AUTÓNOMO DE LOS PUEBLOS PREINVASIÓN (y su vigencia) es un libro que reconfirma a su autor como uno de los intelectuales destacados en el ámbito de Nuestramérica, que ha dedicado sus horas al ejercicio de la diplomacia representando a Nicaragua ante diferentes naciones y foros, y al estudio profundo de nuestro tiempo y de nuestra historia tratando de poner luz sobre el devenir colectivo en cada uno de sus lúcidos ensayos.

Al terminar de leer este libro uno tiene la sensación de haber hecho un exhaustivo recorrido por el laberíntico camino de nuestra historia y de haber desentrañado las múltiples trampas con las que los invasores occidentales han intentado y continúan intentando domesticar nuestro sentido crítico y nuestro espíritu indómito y libre heredado de nuestros ancestrales pueblos.

En cada capítulo de esta imprescindible lectura se reconoce la visión integral del pensamiento y de la acción de los pueblos del continente llamado americano y de su trascendencia más allá del tiempo y del espacio en que se desarrollaron. Un pensamiento acertadamente llamado autónomo por el autor, porque fue estructurado a partir de una interpretación apropiada del espacio-tiempo-naturaleza que los llevó a desarrollar una arquitectura alineada con el universo, a crear un arte dedicado a honrar a los dioses y alejado del instinto mercantil propio de occidente, a practicar una agricultura respetuosa que garantizaba la sostenibilidad, concepto que en occidente están descubriendo hasta hoy cuando la Naturaleza ya no resiste más los desmanes de su modelo capitalista ansioso por consumir sin medida. En definitiva, este es un libro de obligada lectura para todo aquel que quiera conocer la dimensión y la vigencia del hermoso, racional, práctico, afectivo y espiritual pensamiento de los pueblos de Anáhuac, Tahuantinsuyo y todos los que poblaron este continente mucho antes de la violenta y nociva invasión occidental.

FUENTE: Diario Latina

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13F | Perón nacionaliza los ferrocarriles

13 DE FEBRERO DE 1947
EL GENERAL PERÓN NACIONALIZA LOS FERROCARRILES

“…Hacia diciembre de 1946 el gobierno adquirió —a través del I.A.P.I.— los ferrocarriles franceses. Ya venía hablándose por ese momento de la compra de sus similares británicos. Gran Bretaña misma parecía interesada en solucionar de algún modo el problema que se le planteaba: los ferrocarriles arrojaban déficit y una buena parte del material rodante estaba viejo. Requerían inversiones importantes de renovación y mantenimiento. Para colmo, estaba próxima a vencer la Ley Mitre, que había otorgado a las empresas exenciones de gravámenes de importación.


Las empresas inglesas se interesaban especialmente en la constitución de una sociedad mixta, que les posibilitaría conservar parte de la propiedad, pero con beneficios mínimos garantizados por el Estado (que además correría con las inversiones). En setiembre de 1946, el tema había quedado esbozado en los tratados Miranda-Eady, donde también se regulaba el destino de las libras bloqueadas y los futuros embarques de carnes. Sin embargo, los propósitos británicos no se consumarían a satisfacción.


La incesante prédica de un argentino insigne —Raúl Scalabrini Ortiz— a favor de la nacionalización acabaría por dar frutos. En diciembre quedó anulado el proyecto de sociedad mixta y —tras largos tironeos por el precio—, en febrero de 1947 el Estado consumó la adquisición de los ferrocarriles y todos los bienes de las empresas. El pago se realizaría —según el Convenio, antes de febrero de 1948— con las exportaciones de carne de ese año, cuyo importe adelantó Gran Bretaña.

Comprar los ferrocarriles era recuperar el dominio de la tarifa y el trazado de ramales. Ello permitiría estimular actividades y propender a un desarrollo regional más equilibrado. Vale decir, revertir la política de ahogo de la economía y el desarrollo nacional llevado a cabo por Gran Bretaña con la “telaraña metálica” que denunciara Scalabrini…

La nacionalización de los ferrocarriles. Relato de Juan Perón (incluye el desmayo del Embajador inglés el día de la firma)
¡Ya son nuestros! Documental de época sobre la nacionalización de los ferrocarriles.

+info en www.todoperon.org 

PERÓN, LA REVOLUCIÓN INCONCLUSA

La más completa historia del peronismo absolutamente gratuita y de libre acceso, matizada con 26 horas de videos y audios históricos, miles de fotografías y documentos que incluyen las obras completas de Juan Perón (libros y discursos). Ordenada en dos etapas, Ascenso y Gobierno (1943/1955) y Resistencia, insurrección y regreso (1955/1974).

Una iniciativa de Fundación Villa Manuelita Fundación CICCUS

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12F | Primera expedición científica argentina a la Antártida

EFEMERIDES PERONISTAS
12 DE FEBRERO DE 1951
PRIMERA EXPEDICIÓN CIENTÍFICA ARGENTINA A LA ANTÁRTIDA CONTINENTAL

“…Partió del Puerto de Buenos Aires el 12 de febrero de 1951.
Fueron los fundadores de la Base del Ejército San Martín de la Antártida Argentina (actualmente Base San Martín)

En la década del ’50 el Presidente de la Nación Argentina, General Juan Domingo PERÓN le había dado directivas y apoyo decisivo al proyecto estratégico del Coronel Hernán PUJATO de penetrar «costas adentro» del Continente Blanco relevando su topografía hasta el Polo Sur, establecer bases, refugios y una población de familias, lo que se hizo realidad años después en la Base Esperanza de la Antártida Argentina.

El 12 de febrero de 1951 zarpó del Puerto de Buenos Aires la Primera Expedición Científica a la Antártida Continental Argentina, a bordo del transporte Santa Micaela de la empresa Pérez Companc, al mando del Capitán de Ultramar (MM) Santiago FARREL.

En el puerto los despidió una multitud junto con el General Juan Domingo PERÓN y su esposa María Eva DUARTE de PERON…» (Fundación Marambio)

Soberanía argentina en la Antártida. Instituto Antártico Argentino

+info en www.todoperon.org 

PERÓN, LA REVOLUCIÓN INCONCLUSA

La más completa historia del peronismo absolutamente gratuita y de libre acceso, matizada con 26 horas de videos y audios históricos, miles de fotografías y documentos que incluyen las obras completas de Juan Perón (libros y discursos). Ordenada en dos etapas, Ascenso y Gobierno (1943/1955) y Resistencia, insurrección y regreso (1955/1974).

Una iniciativa de Fundación Villa Manuelita Fundación CICCUS

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Cuando no hay industrialización, no hay desarrollo y aumentan el desempleo y la pobreza

Fuente: Agencia Paco Urondo

AGENCIA PACO URONDO dialogó con el doctor en Historia Marcelo Rougier, especialista en el desarrollo industrial de Argentina. Es autor, entre otros libros, de «La industria argentina en el tercer siglo». ¿Es una utopía la Argentina industrial?

APU: ¿Milei es el final de la posibilidad de una Argentina con desarrollo industrial?

MR: Es una avanzada más, como hubo otras, como fue la última dictadura, el menemismo o el macrismo. Por supuesto, el gobierno de Milei le asigna un rol menor al sector industrial, porque basa su propuesta económica en las ventajas comparativas del país. Entiende que la industria es un sector subsidiado, costoso, poco eficiente. En el marco de un relato que asocia al proteccionismo industrial con el peronismo y con la decadencia del país. Es un relato que estuvo presente con Martínez de Hoz, en el menemismo y también en el macrismo (sobre todo al final). 

APU: En el siglo XX, entre 1930 y 1976, Argentina tuvo un modelo de industrialización que dio resultados muy notables. Argentina tenía en los 70 niveles de igualdad, empleo y bienestar muy importantes. Después, ese proyecto industrial se abandona en los 45 años posteriores, excepto durante las gestiones kirchneristas. ¿Por qué la industrialización no logra un consenso social y económico?

MR: Entre 1930 y 1976 hubo un consenso pero también hay que mencionar que hubo idas y vueltas, aunque sobre un consenso general. Como señalás, hay un vínculo muy claro entre industrialización y desarrollo. Desde 1976, donde hay un cambio de proyecto económico, prácticamente el país no crece o lo hace a tasas muy bajas, generando desempleo y pobreza. Cuando no hay industrialización, no hay desarrollo. Es importante marcar esa relación. Volviendo a tu pregunta, hay que ver lo que pasó en todo el mundo, sucedió en muchos países latinoamericanos. Esa Argentina muy industrial, que tiene logros tecnológicos y de desarrollo muy importante convive con problemas políticos muy severos, como es la proscripción del peronismo durante 18 años. 

APU: Al interior del desarrollo industrial argentino había una puja entre el peronismo y el desarrollismo, como dos formas de conducir ese proceso. ¿Lo ves así?

MR: Había una puja entre una alianza entre sectores sindicales y del capital nacional, versus las empresas extranjeras, que habían llegado especialmente con el desarrollismo. El retorno del peronismo en 1973, busca reforzar con el peso del Estado a la burguesía nacional, buscando restringir a los capitales extranjeros. Pero se da en un marco mundial de cambios en el capitalismo, con mayor peso del sector financiero, por fuera de los sectores productivos tradicionales (industria o agro). La herramienta clásica es la deuda externa. Tanto en la dictadura, como en el menemismo o en el macrismo, se sostienen gracias al endeudamiento externo. Veremos qué pasa con Milei ahora. 

APU: Desde 2002 hasta 2015, Argentina volvió a tener desarrollo industrial. Y se volvieron a repetir problemas que ya habían pasado, como es el crecimiento de la inflación y el cuello de botella vinculado a la falta de dólares. Con la industrialización aumentan las importaciones (de insumos para las propias industrias) y eso impacta sobre la balanza comercial. Ya había pasado entre 1930 y 1976 y se había estudiado mucho, por ejemplo, Marcelo Diamand. ¿Por qué creés que se repitieron los mismos problemas?

MR: Es interesante que traigas a Diamand, porque se dijo que fue un ideólogo, junto a Aldo Ferrer, del programa económico kirchnerista. La Argentina de 2002 y 2003 era una Argentina devastada, con una industria que había pagado un alto costo de la década anterior. Era una industria que había perdido una gran capacidad productiva. Sectores que habían desaparecido. Es una industria donde el peso de las empresas extranjeras es mucho mayor. Y en un mundo muy complejo. Con respecto a la experiencia kirchnerista, hubo un impulso a la recuperación industrial desde el lado del consumo, pero sin políticas específicas para el sector. Sí hubo una política de cambio que favoreció al sector pero eso tuvo una limitación hacia 2011. Después se estanca por la falta de divisas, porque es un sector con poco peso en el plano exportador. En 2011 y 2012 aparecen algunas políticas específicas, de crédito por ejemplo. Pero son pequeñas y tardías. 

APU: Durante el peronismo clásico, entre 1946 y 1955, el proceso de industrialización tuvo dos etapas claras, que se pueden identificar con cada plan quinquenal. Una etapa más expansiva, basada en el consumo, y otra de estabilización, más basada en la producción. ¿Faltó esa segunda etapa en el kirchnerismo?

MR: Cuando ajustar hay que tener mucha capacidad política. El peronismo histórico la tuvo. El kirchnerismo habló de sintonía fina pero no pudo avanzar. En el caso de Perón se hicieron políticas para aumentar las exportaciones en el agro. Se llamó a un Congreso de Productividad para establecer incrementos salariales. Se logró hacer un ajuste sin tocar la base de sustentación del peronismo. En el kirchnerismo hubo algunos intentos en ese sentido. Pero faltó capacidad política para avanzar en ese plano, con un escenario internacional muy adverso. A Perón le pasó algo parecido con las inversiones extranjeras. Había tenido todo un discurso anti inversiones extranjeras que después le costó políticamente el cambio de política. La oposición lo cuestionó mucho en ese punto. 

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Genealogía de la sentisapiencia, de Juan José Vélez Peña

Por Alberto Hernández para Letralia

Jorge Rachid

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Un paseo inicial con el escritor uruguayo Eduardo Galeano por las calles de Augsburgo, Alemania, da cuenta de un relato en el que Galeano le refiere a Juan José Vélez Peña su apego a la sentisapiencia, es decir al saber cercano al corazón, en el que tanto el pensamiento como el aparato cordial se juntan para dar como resultado una nueva experiencia filosófica que se aparta de la hegemonía de la práctica hermenéutica europea. Los dos hombres conversan —no se conocían— en medio de un encuentro en el que el autor de La canción de nosotrosVagamundoEl descubrimiento de América que todavía no fue y Días y noches de amor y de guerra, entre otros libros de relatos literarios y ensayos sociopolíticos, se abrió al filósofo puertorriqueño para expresarle su contentamiento por el encuentro que descubrió la coincidencia (el hallazgo) de acuerdos acerca de esa manera “primitiva” de estudiar al ser humano: desde su pensamiento pero también desde sus sentimientos más sensibles.

Genealogía de la sentisapiencia es un volumen enjundioso en el que el lector podrá encontrar un nuevo mundo, un nuevo universo de cosas que revisa, hasta negar, la antigua forma de pensar de los más brillantes e importantes filósofos de Occidente anclados en el Viejo Continente. Se trata del primer tomo de una trilogía: el segundo, Sentipensar interculturalmente el quehacer musical afronuestroamericano, está por publicarse, y ya está adelantado el tercero, Sentipensar la con-vivencia nuestroamericana desde el neobarroco.

Ese paseo, relatado como una crónica, como un cuento donde ambos autores intiman, se puede calificar como una impronta para el lector que no tenía idea de esta forma de ver el mundo desde sujetos anónimos, sabios de vieja data que han vivido escondidos de los autores cuyos libros han sido dedicados más que todo a estudiar el trabajo de los pensadores europeos racionalistas, quienes a su vez han tenido como fuente la esencia de los primeros filósofos de la antigüedad griega o latina, pero que no han tocado la sensibilidad del Hombre, su corazón, sus sentimientos, sus amores, su manera de cuidar la naturaleza y las costumbres de los pueblos originarios de la América Nuestra.

En tal sentido, se trata de un libro que se pasea por calles, campos y grandes ciudades sin dejar de escuchar la voz de quienes han construido un andamiaje oral que a la larga se ha convertido en libro, en un volumen que, seguramente, tendrá sus críticos, pero que no deja de ser una muy humana “impertinencia” que, más allá de revelaciones ideológicas, podría dar frutos para beneficio del mundo pensante y amador.

Este libro revela el ADN de quienes han abierto la espita que permite pensar y sentir a la vez. O sentir o pensar para crear la llamada “cosmovivencia”, en contraste con la tan usada cosmovisión. De esta manera, se debe pensar para vivir. Vivir en el buen sentido de la palabra: vivir en convivencia con el pensamiento. Pensar para saber vivir sin que la razón sea un tropiezo.

En términos sencillos, hacer que la vida sea corazón y fluir de la conciencia. De acuerdo con el mismo Vélez Peña, Galeano es el impulsor de esta forma de relatar. Es decir, suerte de fundador, entre otros, de la “escuela de pensamiento”, en el que el pensar y el sentir sostienen el conocimiento y el sentimiento de la América nuestra. Se traduce esta manera de ser en el amor por el saber de una filosofía valiéndose de “un sugestivo sentipensar poético”.

De seguidas, y sin dejar de conectarse con Galeano, el filósofo caribeño destaca la nombradía de algunos autores cercanos a esta manera de hacer filosofía, como es el caso del poeta español Antonio Machado, quien a través de su heterónimo Juan de Mairena escribe Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo, donde claramente Machado se vale de esa forma de existir: pensar sintiendo.

Pero antes de hacerse a la mar de este estudio, Vélez Peña organiza su obra a través de epígrafes que recogen este perfil. Así, Diana Braceras (directora de la Colección Nuestramérica) escribe lo siguiente: “Se trata de restituir la alteridad de una epistemología moderna que durante siglos negó la legitimidad y desautorizó todo pensamiento, toda práctica, toda institución y obra humanas no ajustadas a los estrechos límites locales de una Europa devenida parámetro universal”.

Con estas palabras, Braceras resume el libro. Desde esta perspectiva se perfila el pensamiento de este filósofo nacido en Puerto Rico, quien se destaca como un dromómano en búsqueda de lo que habían obviado los managers de la filosofía hegemónica.

La inteligencia sentiente le sale al paso, entonces, como advierte nuestro autor, “a la inquisición ensayística filosófica y a la aparente apacible superficialidad del relato o la narrativa literaria”. Se trata de ir mucho más allá de la tradición eurocéntrica, de esa epistemología occidental, y darle nuevo rostro a la expresión. De manera que el racionalismo no sea la moneda única, sino que filosofía y literatura se encuentren en una unidad que afirme la presencia del humano ser: mente y corazón en un solo instante del hacer existencial.

Este es un libro de personajes. Un libro denominado “un valle de biografías”, como lo afirma en el prólogo Raúl Fornet-Betancourt.

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El volumen, un extenso estudio acerca de este tema, consta de seis relatos ensayados, un compuesto híbrido que se advierte crónica, “cuento”, confesiones personales, entrevistas y poemas que redondean el carácter abierto o asistemático, y que lo hace ver como una herramienta transgenérica.

El lector se siente cómodo pese a la gran cantidad de datos que el autor suministra. Datos necesarios toda vez que se trata de un estudio que amerita un registro de muchos autores y personajes anónimos que enriquecen el contenido del libro.

Su estructura nos guía:

  • A modo de introducción. Y así habló el hombre-hicotea: relatos apócrifos para una genealogía de la sentisapiencia.
  • I. Preludio: caminando con el hombre-hicotea hacia el horizonte de la sentisapiencia.
  • II. Sentipensar y culturas anfibias.
  • III. Razón cordial: co-razón, co-razonar, co-razonamiento.
  • IV. Interludio: el intersticio literario-filosófico de Jorge Luis Borges.
  • V. Razón poética e inteligencia sentiente.
  • VI. El dispositivo rizomático de la cultura musical hispanoafrocaribeña: meditaciones sobre el marco perceptual de una investigación.
  • VII. A modo de conclusión: apuntes para una ontología intercultural latinoamericana sentisapiente del presente.

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Luego de esa conversación con Galeano y durante la misma, contenida en el primer estrato del libro, son mencionados los amautas quechuas, incas o aymaras como los primeros sentisapientes del mundo americano.

Más adelante, sin dejar cabo suelto, el autor se pasea por la Escuela de Madrid, en la que estuvieron García Morente, Xirau, Gaos, Julián Marías, Zubiri y María Zambrano, quienes cruzaban ideas sobre la filosofía de Ortega y Gasset y Unamuno.

Ellos, como otros, buscaban armonizar la razón con la vida. Igual cita una larga lista de escritores latinoamericanos, quienes también se inclinaban a hacer algo parecido o lo mismo.

Pero uno de los tópicos que más defiende el autor de este tomo es la oralidad, aspecto que José Gaos bautizó como el “Gran Conversador”. La oralidad logra la convivencia.

También se menciona a Mercedes Gómez Blesa, quien destaca que, para Zambrano, el “asistematismo y la ausencia de método en el pensamiento español, más que ser una falta, debería más bien ser interpretado como síntomas de un peculiar modo de entender la vida, propio y genuino del pueblo español”.

Otro aspecto que resalta en el texto de Vélez Peña apunta hacia lo prosaico con lo metafísico, con lo literario. De manera que los sujetos que son traídos a este libro respiran o respiraron, viven o vivieron, existieron o existen en carne y hueso, en espíritu, lo que constituye un elemento simbólico pragmático que no está presente en la tradición filosófica europea. En tal sentido, se trata de una filosofía viviente, existente.

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A salto de mata, la lectura embriaga desde la participación de quienes construyen esta manera de ver y sentir el mundo, de pensarlo y vivirlo: nuestro autor cita al colombiano Damiani Pachón Soto, quien escribe que “la filosofía admite varios géneros literarios” y que “puede existir una filosofización de la poesía, como ya se dio en Antonio Machado; pero también, una poetización del pensamiento, tal como ya lo hubo en Nietzsche”.

Y, en efecto, esta “variedad estilística” revela la riqueza de este hallazgo que, si bien es cierto que ha estado presente en antiguas culturas de los pueblos originarios, no había sido estudiada. De allí que, tanto el hombre-hicotea como el de la cultura anfibia de Colombia, forman parte de este compendio de descubrimientos que fortalecen el estudio de quienes ahora abordan esta forma de ahondar y sentir el mundo desde el pensar y desde el corazón.

Vélez Peña habla de Rubén Blades, de su Pedro Navaja, vieja revelación de un personaje que se hace presente en nuestra canción popular.

Pensar y sentir es caminar hacia adelante, dicen los entendidos y lo afirma también el filósofo caribeño.

El corazón es un instrumento que afirma el sentir. Por eso la razón cordial, se razona también desde el bombeo sanguíneo, desde las palpitaciones, de las taquicardias, desde el ritmo cardíaco y circadiano. Esta pasión cordial encuentra espacio en otro viaje, el de Chiapas, donde coincide con otros estudiosos con quienes comparte conocimientos sobre la cultura maya-tzeltal. “Pensar desde el corazón” es el lema para hacerle frente al racionalismo cartesiano. Menciona el autor a Patricio Guerrero Arias, quien expresa que los originarios se desplazan fuera del dualismo de Descartes. Por eso “sienten sus pensamientos y piensan sus sentimientos”.

Habla del retiro del político uruguayo Pepe Mujica, quien dio, según él, una lección de vida, al desechar el odio como herramienta política y social.

El gran Jorge Luis Borges irrumpe como parte de estas páginas al referir el intersticio literario-filosófico del autor de “Las ruinas circulares”. Así, están presentes el ensueño, el onirismo, las visiones, los mitos como base para la creación de constructos nuevos donde el pensar y el sentir. En 1973, para seguir con Borges, éste confesó que no profesaba ningún sistema filosófico, aunque coincidiría con Chesterton en el sistema de la perplejidad. De allí, según el texto que leemos, se ha valido Borges de los sistemas metafísicos y teoréticos sólo con fines literarios.

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Al final del congreso de Chiapas, del paseo donde la curiosidad es parte del trabajo o el trabajo mismo, aparecen el cuerpo y la intelección musical como motivos de investigación. Y así, María Zambrano, la de la escuela de Madrid, quien dejó dicho que la filosofía debía ponerse al servicio del presente, de los tiempos. Es decir, destaca Vélez, ella precisa que se debe elaborar un pensamiento que armonice con la razón y la vida, de índole asistemático, que se oriente hacia el discurso literario, para poder escapar de la crisis nihilista de Europa.

Subraya el estudio las “dos formas de raciocinio: el pensamiento calculador (ratio), que sirve para cuantificar la vida, y el meditativo (logos)”. No deja de decir que la filosofía hegemónica ha fracasado.

Por supuesto, todo este ensamblaje, todo este discurso, toda esta manera de hacer filosofía lleva consigo una manera de cambiar el mundo social.

Aparecen en escena los sacerdotes de la América que se involucraron en esta forma de pensar y sentir, lo que dio origen a la teología de la liberación. Sus protagonistas crearon toda una geografía espiritual y material propicia para darle pie a esos cambios.

Ya la religión no sería el opio de los pueblos, como afirma la máxima marxista, sino una manera de llegar a los pueblos a través de la fe social, de los haceres espirituales.

La música, ese dispositivo cultural, sirve de base o marco perceptual para darle fuerza a la investigación, que concluye con un estudio sobre la salsa, las tradiciones musicales y la expansión nómada de esta manifestación sonora hispanoafrocaribeña, investigación que permite una apreciación más abierta, “holística” de la convivencia en este lado del mundo.

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El libro cierra con el retorno de Vélez Peña a Alemania en medio de la pandemia, que trajo consigo la desaparición de la fraternidad. De manera que, como afirma Fornet-Betancourt, a manera de síntesis, propone sintomáticamente una radical crítica a la racionalidad tecnocientífica de estos tiempos producto del racionalismo filosófico impuesto por Europa.

En ese capítulo final, el autor recoge a grandes rasgos la evolución del pensamiento desde Aristóteles hasta nuestros días, con especial énfasis en figuras cruciales como Heidegger, Nietzsche o Foucault. Para llegar a su propuesta Vélez Peña —como buen filósofo— cuestiona la posibilidad de desarrollar una ontología propia, toda vez que la ontología tiene un carácter universal: “Si favorecemos el desarrollo de una ontología intercultural latinoamericana sentisapiente del presente, ¿no incurrimos con ello en una contradicción?”, se pregunta.

Una forma de pensar, sentir y expresar la realidad desde el ser latinoamericano. Tal es la meta del libro, que ubica una ontología vista de esta forma como “una versión de muchas posibles ontologías” que necesariamente “se ubica en un lugar diferente al de la tradicional”, más allá de la pregunta por el ser y su sentido y basada sobre el diálogo entre diversas culturas sapiensales.

Este estudio obtuvo en 2023 el Premio de Ensayo “Pensar Nuestra América con Categorías Propias”, organizado por la Fundación Centro de Integración, Comunicación, Cultura y Sociedad (Ciccus) y la Asociación Filosofía Latinoamericana y Ciencias Sociales (Asofil). Como es de suponer, este trabajo exige más visiones, más lectores, porque podría crear polémicas necesarias, que continuarían revelando nuevas páginas acerca de este interesante mundo de las Ideas. Otros ojos podrían descubrir nuevos hallazgos en estas páginas.